domingo, 24 de marzo de 2013

A veces siento que vuelve. Me susurra maquiavélicos planes al oído, luego me roza la falda con ayuda del viento y sube acariciando mis piernas. Parece cohibirse, y pretender que ahora todo funcionará mejor pues hará las cosas paso a paso. Más lento y directo, como una puñalada al corazón. De esas que no sólo dejan huella, sino que también hacen desaparecer todo rastro de vida. Y sé que va a doler, sólo de una vez.


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