sábado, 15 de agosto de 2015

Mejor más allá

Tenía que salir de ahí. Me tenía que ir. No por querer vivir sola y tener mi propio espacio, no por detestar los horribles e incompatibles horarios de mis amigos. Me tenía que ir porque no soportaba más. Odiaba esas cuatro paredes que alguna vez cobijaron nuestra breve historia, nuestras risas. Odiaba esa cama y sus sábanas que ahogaron y quemaron nuestros cuerpos. Odiaba la televisión en frente de la cama, que veíamos cada mañana al despertar. Odiaba saber que ahí planeamos tantas cosas. Odiaba sentir tu aroma en cada rincón. Odiaba sentir como el sol se colaba por la ventana e iluminaba mi cabello y ya no el tuyo. Odiaba saber que alguna vez ahí me dijiste buenos días! y buenas noches! Odiaba saber que conversábamos tanto, hasta quedarnos dormidos y abrazados. Odiaba saber que las manchas en mi manta eran por nuestras cenas y la mala puntería a tu boca. Odiaba esa puerta, que se cerró con un portazo tras mis gritos y llantos. Y el llanto continuó después. Odiaba saber que ahí comenzó todo, y terminó todo. Te odiaba a ti.

Días después visité el lugar, se sentía extraño tanto así que tu imagen apareció de nuevo diciendo adiós.
Te odiaba a ti y todavía lo hago. Mejor más allá.

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